sábado, 14 de julio de 2012

Gracias...aquellos maravillosos años...

En tiempos difíciles…en estos tiempos en los que el despertarnos a veces parece un infierno, en los que una sonrisa cuesta la misma vida sacarla…cuando notamos que todo se nos cae encima…es cuando necesitamos momentos de serenidad…más que nunca, acordarnos de aquellos maravillosos años, de nuestra niñez, de aquella adolescencia, en la que los problemas más chungos eran rogarles a nuestros queridos padres, poder estar más tiempo en la calle, o como disimular la sangre de una pupa de aquellas numerosas trastadas que se solo a nosotros se nos ocurrían hacer. No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, yo soy de la década de los 80, y he de deciros que esos tiempos ya no los hay hoy. Con tan solo 5 años, ya estaba haciendo el cafre, la primerita en saber montar en bici sin aquellos horrorosos patinetes para equilibrarnos. La primera en comprobar si meterse en la piscina después de haber almorzado era “un cruel fatality” para nuestro pequeño e indefenso cuerpecito.  


Viva los 80!!...también los 70 y 90 XD




Me acostumbré a rodearme de mis hermanos mayores, de sus amistades…de las mías también…ahí sí que se notaba la diferencia de edad, tenían más experiencia, o mejor dicho, más malas ideas…pero siempre he pensado, que las generaciones posteriores salen más espabiladas…y de ese modo, a nosotros no nos las colaban tan fácilmente, éramos, duros de pelar. De hecho está comprobado, y GARANTIZADO, por mi propia experiencia, que era así.






Recuerdo las ansiadas vacaciones de verano. Terminábamos el cole, con aquellos absurdos bailes de fin de curso, jaja, haciendo el indio, y nunca mejor dicho, porque recuerdo que me disfrazaron de todo, incluido el indio.
En aquellos maravillosos años, y los recuerdo como maravillosos, porque todo lo envolvía una magia especial. No existían redes sociales porque nadie tenía internet, a la vez, sin internet la gente apenas usaba ordenadores, asi que, pocos hogares contaban con un pc en casa, sin embargo si que era la época del inicio de las consolas y los videojuegos…en cassette, en cartuchos y posteriormente en disquetes. Pero vamos, tres cuartos de lo mismo, lo que más nos interesaba era estar en la calle, en el campo, en la piscina, en cualquier momento…liándola!!



Mi primera consola MegaDrive


La principal competencia, Nintendo






Sonic 1-SEGA


Mario Bros. Nintendo






Hoy he leído el comentario en una red social de una amiga, y ha sido enternecedor. Vuelve a revivir esa niñez a través de su pequeño. Todos sabemos que no es lo mismo, y ella misma lo sabe, por desgracia, las nuevas generaciones no tendrán la oportunidad de disfrutar del descanso y de aquellos maravillosos años que nosotros si tuvimos el privilegio de si vivirlos. Son otros tiempos, y por muy cruel que suene, aunque tengan de todo, no los veo realmente felices, porque quizás, ese ha sido el mayor chasco, tener de todo desde tan pequeños, acostumbrarlos a tomar decisiones que en realidad, nosotros en su tiempo no nos dejaron, y nos alejaron de preocupaciones desde tan tempranas edades.
Mientras escribo esta entrada de blog, se me vienen muchísimos momentos a la mente, y es que últimamente no paso precisamente por los mejores momentos de mi vida, y esta ha sido la mejor escusa para poder escaparme de ellos temporalmente. 

Mi pequeño refugio, aquellos maravillosos años.


Solo tengo que poner “Gracias”, la canción de El Canto De El Loco y dejarme llevar…
…Me acuerdo y ya hace un tiempo, cuando un recreo era más que un trofeo, cuando ser el pequeño, significaba que eras lo primero…
…hacer daño era trampa, multiplicar era un lio, y regalar cariño no era competitivo…y de escribir mil cartas…TODO LO HEMOS PERDIDO…
“ Y GRACIAS…”




Me emociona muchísimo, la vivo, me sumerjo plenamente en aquellos años, me veo montando en bicicleta por el campo, a pleno sol, rebozando alegría, pasando el tiempo sin mirar los relojes, dejándonos llevar por el color del dia...atardeciendo en el rio, con el sonido de todo lo que allí había…renacuajos, ranas, tortugas, patos…vacas, caballos, pajarillos…el sonido de la corriente del rio, bueno, de la poca corriente que tenia…estábamos “casi en tiempos de sequia”.





Cuando llegaba la noche, corriamos como locos cada uno a por su cena, y con el bocata en una mano y con la otra en el manilla de la bici, de camino a nuestro “lugar sagrado”, aquella montañita de arena, detrás del túnel donde pasaba la vía del tren, donde contábamos los minutos que pasaban entre tren y tren, donde apostábamos quien adivinaría el sentido del siguiente. Allí confesábamos nuestros secretos, nuestras primeras miradas, allí pasamos de la bicicleta convencional, aquella que se doblaba en dos para guardarla mejor, a la motoreta…y de ésta a la bici california…y de ésta a lo máximo para nosotros “UNA MONTAIN BIKE”…buah!! Eso era ya para los privilegiados…porque otros, que éramos muchos, nos conformábamos con tener la bici de toda la vida, “tuneada” al estilo de cada uno, y por supuesto, que nos sirviera para llevarnos desde una parcela a otra, por los famosos “caminitos” de tierra. 



Mi primera bicicleta


La motoreta, la que heredé de mi hermano mayor


La famosa bici CALIFORNIA, de mi hermano, claro está!!


Lo más, la bicicleta de montaña




Esos veranos eran increíbles, pasaban tan rápido…sin apenas darnos cuenta, nos despedíamos de la piscina, del rio, de nuestra pandilla de verano, aquellos fieles amigos que compartían ilusiones iguales, y así hasta el siguiente verano.

Los inviernos, eran eternos, solo había cole y calle, y de nuevo calle y cole. Las tareas…esas que vemos ahora hacer a nuestros sobrinos, e incluso los hay quienes ven hacerlas a sus propios hijos, y nos parecen tan tiernas…y que veíamos en aquellos entonces…como un verdadero “coñazo”, era solo tiempo que nos restaba para estar en la calle, y cuanto más rápido querías quitártelas del medio, ahí que venia el problema que no entendíamos, pero como no!!para eso estabán los hermanos mayores, que lo sabían todo, jeje. 



Las pesadas tareas!!



Lo que tenía estar en un colegio de monjas...




Y de nuevo…Mayo!! Ya pensábamos en tener ese boletín famoso, con el resultado del curso entero, deseosos de que lo vieran de una vez nuestros padres, le dieran el visto bueno, y corriendo a hacer la maleta…QUE NOS VAMOS PARA EL CAMPOOOOO!!! Jajaja. 



La maravillosa piscina de la parcela



Esa paz y tranquilidad que durante 9 larguísimos meses habíamos ansiado de nuevo poseer. Nada era capaz de destrozarnos esa calma, el volver a reunirnos todos, en nuestro lugar sagrado, esa montañita que cada año se nos iba quedando más pequeña…más apretaditos, donde aparecieron los primeros roces, las primeras caricias, las primeras sensaciones…la piel de gallina, escalofríos que nos subían hasta el cuello, esas mariposillas que se anidaban en nuestro estomago, y esa cara de alelados que se nos quedaban cada vez más veces seguidas, jaja. Te ibas a la cama con esa sonrisa…y amanecías a la hora que se despertaba el hambre…un desayuno tranquilo, nuestro colacao mientras veíamos que echaban por la tele, y el resto de la mañana, tonteando con la música y en remojo en la piscina. Luego, ese almuerzo, en mi caso, sin mis padres, solo éramos mi abuela y mis hermanos, y comíamos viendo Dragon Ball por Canal Sur, me flipaban, nos flipaban a todos, y de ahí a la cama, a tumbarnos en las camas.





Mi abuela nos decía que por riles había que reposar la comida, y de la mejor manera era con una “señora” siesta, jajaja, pobre de ella, no le dejábamos dormir ni una, estábamos siempre charlando, cada uno desde su cama, y cuando entendió que era incapaz de hacernos callar a todos, se unió a nuestras charlas. Nos contaba sus batallitas de joven…y entre batalla y batalla, escuchábamos el sonido del “carrillo polos” ese famoso coche, con peculiar sonido de feria, anunciando que llegaba el señor de los helados. Por ser nuestra parcela la ultima del camino, algunos coches se beneficiaban de ella para poder entrar y dar la vuelta a sus coches para volver a incorporarse al caminito de tierra, y justamente cuando se escuchaba aquel “tiriii tiriii tiriiii tiriririiiii tiriii tiriii tiriii tiriririiii”…como la niña del exorcista, se levantaba nuestra abuela, en camisón, con todo ahí al aire, ya me entendeis, jaja, gritando “CERRAR QUE NOS VIOLAN” jajaja…vaya, eran las palabras mágicas, esperábamos que este hombre llegara todos los días para ver como se ponía como una loca a gritar…nos meabamos de la risa, que pena que no tuviéramos móviles como los de ahora que graban con una calidad sorprendente, que sino…buah…seria hoy en dia uno de los videos de youtube mas visitados, jajaja, ya ves, en pleno tostón, una vieja en camisón, con todo al aire, corriendo con sus rulos puestos…jaja, menuda estampa, menudo personaje…



El coche de los helados




Luego llegaba la ansiada tarde…yo por mi parte, deseaba reunirme con todos los que nos juntábamos, pero ya siendo un poco mas grandesita, me llenaba mas de ganas que estuviera principalmente una persona en concreto. Si, era casi un año mas pequeño, pero y que?? Era mi amor platónico, solo lo podía ver allí en el campo, venían de Barcelona, y la verdad, jugaba a lo que fuera por estar a su lado, jaja. Qué de cosas que se hacen de chica por tu primer amor eh!! Las noches allí eran preciosas, nunca mejor dicho, bajo la luz de la luna, pues allí en el campo no había farolas, y solo veíamos de noche con la luz de la luna y con típica linterna de petaca, quien me diga que no ha tenido una linterna de petaca…no ha tenido infancia, jaja. GARANTIZADO!!



Llegaba agosto, la noche de las estrellas fugases, todos nos reuníamos en mi parcela, con nuestras macas, tumbonas, e incluso el mismo poyete de la piscina. Todos a media noche mirando al cielo, solo se escuchaba…”una”…”otraaa…”…”buah…ostras que chula!!”…terminábamos con un dolor de cuello que nos dejaba al dia siguiente baldaitos, pero, y esa sensación de ser quien más estrellas ha visto era un lujo!!



Famosa noche de Agosto, estrellas fugaces




Aisss…recordando…y recordando…bendita la alegría la que me ha saltado…
Las caídas, se recuerdan con cicatrices, es más, se alardeaban de quien había tenido más señales en su cuerpo, en las rodillas, en los codos, jaja.
Las notitas…empezábamos a dejarnos mensajitos, nada de SMS, estos eran de papel y con boli, e incluso jugábamos a darnos mensajes señalando con un palo en la arena del suelo, y cuando caía la tarde…jugábamos a hacer más atrevidos, acercándonos al oído, o cuando había más gente…a escribir en los brazos con el dedito, a la persona a la que iba dirigido nuestro mensajito.



El primer beso inolvidable


Nuestro primer TE QUIERO




Nuestro primer beso si que era especial, único, inolvidable, tierno, bueno…
Cogíamos la moto de papá, y la usábamos para ser las más chulas del campo, vacilando de moto, ya no íbamos en bici, teníamos la motito punch que nos llevaba hasta el cruce de la vía del tren en segundos. Allí no existían cascos, ni límite de velocidad, la verdad, no corrían mucho, pero si lo necesario para chulear.
La famosa moto de papá La Punch 20


También...la famosa Punch 40, del tito Pepe




Todos aquellos momentos, todas aquellas emociones y sensaciones, ahí quedaran, en el recuerdo, y con el privilegio de haber podido disfrutar de aquellos maravillosos años, tiernos, bonitos, sanos, y sobre todo inolvidables.



La inolvidable estampa de los caminitos de tierra al atardecer




Ahora que estamos inmersos en esta horrorosa crisis, no hay nada mejor para subir la moral, o al menos el ánimo, recordando los momentos más lindos de nuestras vidas, y sí, soy del 80, me encanta ser del 80, de haberme juntado con los de los 70, siempre para aprender de ellos, y sin olvidar los de primeros de los 90, a los cuales fuimos nosotros los que les enseñamos las cosas.

Todo ello, todo esto, es gracias a nuestros padres, por darnos la oportunidad de vivir, darnos la vida justamente en ese tiempo, y darnos todo lo que estaba en sus alcances para que fuéramos así de felices. GRACIAS!!...fue tan bonito...por darme tanto, cuando era niño...y gracias, lo necesito, lo llevo dentro, VIVE CONMIGO...








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