Apareció una noche entre mis sueños, y sin duda alguna supe enseguida que no era un sueño cualquiera. Me desperté inquieta, confusa, triste y alegre...noté su presencia, si ni siquiera nos habíamos rozado. Me dejó aturdida, esa sensación tan extraña llegó incluso a quitarme el aliento, aceleró mi pulso, puso en marcha algo en mi interior que nunca antes había funcionado. 

Al principio, quise no darle más importancia de la que tenía, me auto convencía que solo era un sueño, sensaciones que alarmaron mi pensamientos...mis sentimientos. Yo, una niña ilusa, que le daba importancia al aspecto más insignificante de este mundo, yo, que me fijaba en lo que el resto ignoraba...me atreví a poner mi mundo patas arriba.

 El silencio cada vez me gritaba con mayor insistencia, "bendita locura" la que se formó en lo mas profundo de mi ser. Llegué hasta tal punto de ignorar mi propia existencia, marchar lejos y no hacer nada. Pero la impaciencia es uno de mis peores enemigos, y no pude estarme quieta.

Ahora, no sé si realmente mereciera la pena, poder lamentarme, poder borrar aquel domingo, por la mañana, temprano...que andaba tirada en mi cama con el móvil en la mano. Tal vez, no hubiese ocurrido, conocer el amor de mi vida...quizás ahora, no estuviera llorando su ausencia.

Supongo, que después de todo, he de agradecerle que se haya marchado, que me haya abandonado, quizás, que me haya humillado como nadie antes lo pudo hacer. Que aún a día de hoy no tenga rastro de su vida, que cambiara de numero por mi...que supiera que se me fue la vida casi con el cáncer de mi padre y más sola no me pude ver.

Tuvo un magnifico poder de convicción, se marchó de mi lado quitándome todo, bueno, realmente, no tenía nada, es ahora cuando caigo en ello, se llevó, lo que creía que también poseía  como fueron nuestras risas, nuestras lagrimas, nuestros momentos de intimidad, nuestras noches, nuestras caricias, nuestros besos, nuestras notas, nuestros mensajes, nuestras aventuras, nuestras escapadas, nuestras amistades, nuestras...nada, no hubo nada nuestro, un iPhone??...una bicicleta de paseo??...una estantería de figuras de colección??...nada, no hubo ni eso, materiales que ya ni tengo. Hiciste un buen trabajo, me llegué a creer que de verdad me querías. 

 Es curioso, mi memoria falla a pasos agigantados, al parecer no erraban, tanta saturación de hechos, vividos en tan corto espacio de tiempo, pasa factura físicamente. Y es que ya puedo darle la razón a quienes se atrevieron a afirmar que, "soy una persona que crece con los daños, y no con los años". 

Las palabras se agolpan en mi mente, ya me trabo al ahora de hablar, me como palabras, salto asuntos, paso a temas sin venir a cuento...cuando de repente, alguna persona sensata, me interrumpe para decirme qué me pasa. Es ahí cuando me quedo en blanco, se esfuman todas las palabras de mi cabeza, me abandonan dejándome con una sensación ridícula y al mismo tiempo abrumadora, no por sentirme alguien importante...sino, por no saber en ese momento qué estoy haciendo. Tan hondo me han calado ciertas cosas de mi vida, que han arrollado casi todo el camino que llevaba construido hasta ahora. Los pilares de mi vida...se tambalearon hace ya muchos años atrás, para mi, sinceramente no era nuevo, pero saber que irían pasando los años para que al final te den el batacazo definitivo...la verdad, no mola nada, le han faltado un poco de tacto, es mi opinión. Pero qué mas da, el problema en sí lo tienen las personas que sufren y no saben ayudar, bueno, ponen todo su empeño en ayudar, es más, creen que son las responsables, las culpables, echándose toda la mierda encima para ver que esas personas a su lado no tienen nada que sufrir, que lamentar...que las hay peores...y esa era siempre yo.

He aconsejado hasta la saciedad, he dado mi tiempo hasta cuando no lo tuve, dí mi mano a toda persona que necesitó mi ayuda, puse mi hombro, también mis oídos, sabiendo callar, escuchar y calmar hasta poder decir basta. Un segundo, para mi quién estuvo??

El cáncer de mi padre me ha dejado marcada, ese cambio, esos días, noches, llantos, esfuerzos que al menos hoy ya comienzo ver sus frutos, digo hoy, porque hubo días en los que creía que no volvería a ver la luz del día, por muchas razones, principalmente el rechazo de mi padre, seguido de una situación familiar muy complicada y para guinda del pastel, tener tu traición clavada en el pecho no ayudaba mucho. Hay personas que la terapia les ayuda, yo aun me resisto, sigo dando lo poco que tengo...hasta que llegue ese momento en el que me quede sin nada que dar, y creo que cuando eso pase, me quedaré vacía y tranquila de haberlo dado todo siempre, nunca me he rendido, aunque aquí parezca una derrotada, frustrada y caótica persona, siempre he sido vuestro fiel escudero. 

Se cumplen los deseos e ilusiones de la gente...mis sueños tenían fecha de caducidad. Eso derrota mi existencia, me aprisiona  el pecho, me crea ansiedad, tristeza, y esta extraña sensación de melancolía y nostalgia. Tengo frío, mucho frío, noto algo y no sé qué es. Puede que me esté haciendo de hielo, quizás esta noche cuando regreses a mis sueños, pueda decirte todo esto que hoy siento.

Si algún día ... volvería a caer. Sólo quería que supieras que Te quiero.

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